jueves, 24 de noviembre de 2011

Manipulación

     Cuando escuchamos manipulación o manipulador, enseguida se nos vienen a la mente una persona negativa, egoísta, que intenta controlarnos y aprovecharse de nosotros. Personas con un carácter fuerte, que  quieren estar por encima de otros. Pero no siempre es así. Existen personas manipuladoras con una extrategia totalmente distinta. Estas personas utilizan el victimismo. Su forma de manipular es intentando dar lástima o pena para recibir la atención de los demás, para ejercer el control de la otra persona, inculcandole sentimientos de culpa. En alguna ocasión hemos podido escuchar frases del tipo "es que nadie me hace caso", "siempre estoy sólo",  "nadie me quiere", etc. Con ello intentan que las personas que les rodean, tengan sentimientos de culpa y que ello les haga prestarle toda la atención posible. 
     Pero el manipulador no siempre es consciente de ello. Existen  manipuladores que quieren ejercer esa manipulación sobre otras personas y manipuladores que no son conscientes de ello, simplemente forma parte de su forma conductual y lo hacen sin darse cuenta. 
     Pero en esta relación de manipulación, además del manipulador, hace falta una víctima.  Sin víctima, no hay manipulación. La víctima en este proceso, es aquella persona que consciente o inconscientemente es manipulada, que es controlada, de la que se aprovechan. Como norma general la persona manipulada, no suele darse cuenta de que lo es, pero hay casos en los que la víctima lo sabe y aún así cede al control de la otra persona, bien por miedo a quedarse sola, bien para no perder algún otro beneficio de tipo material. 
     El manipulador tanto consciente como incosciente no manipula a cualquier persona, sino a aquella que se deja manipular. Si intentan aprovecharse o manipular a una persona y esta no se deja, en ese caso no hay manipulador, ese proceso no existiría e iría en busca de otra víctima. 
     ¿Cuando la víctima se deja manipular? Una persona se deja manipular cuando cede a las pretensiones de otra persona sin que forme parte de nuestras ideas,actitudes o creencias, cuando hacemos aquello que no queremos hacer, cuando nos callamos aquello que deberiamos decir y no decimos, en definitiva, cuando no defendemos y exponemos lo que nosotros somos. Ese espacio que nosotros cedemos, ese paso atrás que nosotros damos, es libertad que perdemos y el espacio que el manipulador utiliza para ejercer su influencia. 
     Con ello no quiero decir que debamos de oponernos sistemáticamente a todo lo que nos pidan los demás y hacer o imponer lo que nosotros queremos, simplemente que debemos de razonar sobre aquello que nos piden, exponer nuestras ideas y pensamientos cuando sea necesario sin quedarnos callados y saber decir NO cuando nos pidan cosas contrarias a nuestras ideas o creencias. Siendo asertivos y actuando conforme a nuestra manera de pensar, dejaremos muy poco espacio para que el manipulador nos utilice como víctima.